A ti que has comprendido
que a veces el olvido se equivoca.
A ti que has detenido con un beso el reloj,
a ti que me enfermas,
a ti que eres mi envenenada medicina.
A ti que vas deprisa,
por miedo a que la risa se marchite. .
A ti que has dirigido
la flecha de Cupido a mi costado..
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